El humanismo cristiano es una corriente filosófica que tiene como centro a la persona, en el seno de la comunidad, donde esta se humaniza plenamente y se realiza, haciendo suyas las propuestas de Jesucristo con su mensaje de amor como valor principal. Tiene sus raíces en el humanismo del Renacimiento, cuyos representantes eran generalmente católicos que retomaban el pensamiento secular de la Antigüedad.
Fuentes del Humanismo Griego y la Fe Cristiana. El desarrollo de la evangelización por la península helénica llevó a que las enseñanzas del evangelio se hiciera en lengua griega y latina. Los escritos de los Evangelios canónicos fueron escritos en lengua griega, por ello las estructuras de la cultura y pensamiento griego fueron tomadas para explicar la vida en Cristo y las posturas de pensamiento griego, sobre todo las de Platón y Aristóteles, sirvieron para tratar de clarificar las luces de la verdad revelada.
San Agustín y Santo Tomás de Aquino, tomaron como referencia algunos conceptos del pensamiento platónico y aristotélico para entender al ser humano en el mundo y tratar de comprender a la luz de la razón y de la fe revelada las verdades que Dios revela sobre el hombre en el mundo. San Agustín toma conceptos e intuiciones de la reflexión platónica; Santo Tomás de Aquino retoma la metafísica aristotélica para tratar de comprender la realidad del mundo y del hombre.
De esta manera, la teología cristiana llega al entendimiento del ser humano, bajo la luz de la razón y de la fe, como creado a imagen y semejanza de Dios, con un solo acto de creación irrepetible, lo cual lo dota con una dignidad inherente que nada ni nadie puede vulnerar. La consideración de la dignidad de la persona es un pilar fundamental de la comprensión humanista cristiana acerca del ser humano y del mundo. Los filósofos y teólogos cristianos se esforzaron por explicar las bases filosóficas que permitieran dar luz desde la razón a la verdad de fe acerca de la creación del ser humano como hijo de Dios.
La dignidad del ser humano tiene consecuencias en la vida cristiana y en la ética. Todos los bautizados son catequizados en el amor a Dios y al prójimo y son invitados a llevar a la vida práctica de todos los días. Esta claridad de pensamiento tiene también su consecuencia en la ética, es decir, en la reflexión sobre el sentido de las acciones del ser humano en el mundo. Toda acción aceptable éticamente debe respetar esta dignidad. Por ello, la política, como materia de la ética, en cuanto la búsqueda del bien común, deberá también respetar la dignidad humana y el desarrollo de su ser.
El desarrollo del pensamiento filosófico con estas bases de la razón y de la fe es llamado pensamiento humanista, por los avances de antropológicos a la luz de la razón, y cristiano, por las bases de la revelación cristiana y los avances de la antropología teológica. Ambos ámbitos de la antropología motivan al pensamiento racional, buscando la comprensión y actualización ética del hombre en el mundo. El humanismo cristiano es un esfuerzo por comprender todos los ámbitos de la vida del ser humano desde las bases antropológicas filosóficas humanistas y teológicas cristianas.
El humanismo cristiano es una concepción de la persona humana y de la sociedad que se fundamenta en los valores y principios del cristianismo, proyectando hacia la sociedad humana dichos valores y principios para inspirar las relaciones entre los seres humanos y orientarlos en su labor de construir un orden social justo, solidario y ético.
A partir de la luz de la razón y de la fe, la Doctrina Social de la Iglesia traza líneas de orientación sobre la concepción de la persona, los valores del orden social, la justicia en las relaciones humanas y entre los Estados, el bien común como finalidad de la acción política y la ética como sustento de ésta.
Postulados principales y autores clave. Los postulados principales del humanismo cristiano incluyen:
La persona como ser creado, digno, libre y social, que tiene sentido en sí misma y crece en la sociedad mediante la solidaridad, la subsidiariedad y el amor.
Una visión realista de la persona, considerando que es un ser frágil y vulnerable, pero creada y llamada al desarrollo sus capacidades, abierta siempre a una posibilidad de mejora en el camino del bien, la verdad y la justicia.
El amor como valor principal para hacer un mundo más noble y dignamente humano.
Autores contemporáneos. Algunos de los principales autores contemporáneos del humanismo cristiano son los siguentes.
Jacques Maritain, quien afirmó que el humanismo político tiene como pilares fundamentales la filosofía política y el humanismo integral, que incluye la dimensión espiritual humana, que inicia con una apertura del ser humano a la trascendencia y madura en una relación cada vez más personal trascendente. Lectura recomendada: Humanismo integral
Emmanuel Mounier, quien destacó que la educación debe disponer a las personas a la realización de su más profunda vocación. Lectura recomendada: Manifiesto al servicio del personalismo.
Edith Stein, quien propuso una reflexión sobre el ser humano más amplia, considerando su ser en el tiempo y el mundo, con la urgente necesidad de comprender y ser comprendido para poder comprenderse y desarrollar su apertura al amor. Lectura recomendada: La estructura de la persona humana.
Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, cuyo magisterio ha dado claridad a los problemas éticos del ser humano en el mundo actual. Lecturas recomendadas son especialmente las encíclicas, discursos y mensajes sociales de cada uno de ellos. Las encíclicas sociales son las siguientes:
Juan Pablo II
Laborem Exercens (1981). Sobre el trabajo humano
Sollicitudo Rei Socialis (1987). Sobre la cuestión social
Centesimus Annus (1991). A los 100 años de la Rerum Novarum
Benedicto XVI
Deus Caritas Est (2005). Sobre el amor cristiano
Caritas in Veritate (2009). Sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad
Francisco
Evangelii Gaudium (2013). Sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual
Laudato Si' (2015). Sobre el cuidado de la casa común
Fratelli Tutti (2020). Sobre la fraternidad y la amistad social